NEFROLOGÍA, UNA ESPECIALIDAD NO INTERCONSULTADA DESDE EL INICIO DE LA ENFERMEDAD RENAL
- Dra. Verónica Villalba Rosales
- 18 mar
- 2 Min. de lectura
La nefrología, como especialidad médica dedicada al estudio y tratamiento de las enfermedades renales, desempeña un papel crucial en la detección y manejo temprano de la enfermedad renal crónica (ERC). Sin embargo, a menudo su intervención se subestima en las etapas iniciales de la enfermedad, lo que puede conllevar a una progresión acelerada hacia estadios más avanzados y complicaciones severas.
La ERC es una patología caracterizada por la pérdida progresiva de la función renal a lo largo de más de tres meses, independientemente de su causa. En sus fases iniciales, la ERC suele ser asintomática (no presenta síntomas), lo que dificulta su diagnóstico precoz. Esta "enfermedad silenciosa" puede avanzar sin ser detectada hasta que se manifiestan síntomas significativos, momento en el cual el daño renal puede ser irreversible.
La intervención temprana de un nefrólogo es esencial para identificar y tratar factores de riesgo modificables, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus y la obesidad, que contribuyen al desarrollo y progresión de la ERC. Mediante evaluaciones periódicas y la implementación de estrategias terapéuticas adecuadas, es posible ralentizar o incluso detener el avance de la enfermedad, mejorando significativamente el pronóstico y la calidad de vida del paciente.
Además, el nefrólogo está capacitado para realizar pruebas diagnósticas específicas, como análisis de orina para detectar proteinuria o microalbuminuria, y estimaciones de la tasa de filtración glomerular (TFG), que permiten evaluar la función renal y clasificar la ERC en sus diferentes etapas. Estas evaluaciones son fundamentales para establecer un plan de manejo individualizado y efectivo.
La subvaloración de la nefrología en las etapas iniciales de la ERC puede deberse a la falta de síntomas evidentes y a la percepción errónea de que la intervención especializada es necesaria sólo en fases avanzadas. Esta concepción limita las oportunidades de prevención y tratamiento temprano, incrementando el riesgo de progresión hacia la insuficiencia renal terminal, que requiere terapias de reemplazo renal como la diálisis o el trasplante.
En conclusión, reconocer la importancia de la nefrología desde el inicio de la enfermedad renal es vital para una atención integral y efectiva. La derivación oportuna al nefrólogo y la concienciación sobre la ERC en sus fases tempranas son estrategias clave para mejorar los resultados clínicos y reducir la carga de esta enfermedad en la población.
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